jueves, junio 01, 2006

TRIZAS / CELO CARAMELO



Abril desnudo, alamedas cortas y piedrecillas azules.
La banqueta está húmeda (enmohecida), a mí qué me importa el pantalón si ya esta lo suficientemente sucio como para preocuparse de una nueva mancha.
Las cinco de la tarde y una voz femenina indignada llamándome a ‘tres’ gritos, mi cabeza tambaleando, mi puño sin dejar escapar un grano a pesar de lo mucho que escueza.
El color y el aroma generaban saliva a punta de boca y lengua en contacto con las comisuras de los labios, la cabeza tambaleaba adelante atrás siguiendo los cordones y el barro de los zapatos jugueteando.
Mordida suave, lenta, profunda, tenía que ser así... la acidez del membrillo arrugaba mis ojos y hundía mis pómulos, el sabor perfecto, el color de otoño y trozos perfumados desasiéndose en mascadas.
Lamía sal, repasaba la línea de la vida, en apariencia ‘remarcada y hendida’, pero nunca he sabido si la mano izquierda es la correcta... para descifrar destinos.
Mi nombre remontado en silbidos y ondas de aquella ráfaga refulgente... el humo de la chimenea impregnando mi pelo, el tiempo ceniza, arena luces y dudas... risas en el recuerdo, mirada presente y viva, forastero y fragmento, delirio efímero, roce interior y dilecto, piel; soplo y revuelo... desato el pensamiento...
Además así de concentrada mis ojos lagrimean y mis manos se congelan, comienza a lloviznar, no esperaré... has llegado a la ‘esquina’

5 comentarios:

Unknown dijo...

Mmm...
Te imagino con una cara de indiferencia, absorta en tus propios ojos, yendote por una briza de algun llanto lejano.
Te imagino viendo rafagas de sal y sudor, ocurriendo frente a vos.

No se que pensar,
no se que dejar de imaginar...

Pronto vuelvo...

haroldo salas dijo...

Buen blo...y nunca tan rural.
Saludos

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Anónimo dijo...

Hola mi niña enamorada que tal la vida. Buen post como siempre. Como siempre me dejas reflexionando.

Indianguman dijo...

ay mujer qué ganas de comer membrillo, se me hace agua la boca... anios hace que no los pruebo, por estos lares no existen

y juerza no más, la vida nos reserva a ratos mordidas agridulces que se deglutirán dignamente si el caso lo amerita...


besitos