sábado, abril 25, 2015

PADEZCO














DE:

Sueños premonitorios
Clarividencia  incongruente

Humana debilidad

Pudor avergonzado
Mancha profana
Persistencia inmisericorde

Desenfreno pagano
Deseos mundanos

Sed lujuriosa
Obsesión  pecaminosa

Tentación bulliciosa

Vicio libidinoso

Tortuosa inmoralidad

////////////////////////



No puedo darte madrugadas
Y es que honestamente.no. No me lo has pedido
Te regalo sonrisas y gestos
Mi artillería precaria cada vez más insignificante y autodestructiva

Y tú… ni desnudo ni en pose estás aquisiemprepresente
A solas me acompañas
Entre multitudes me aíslas de algún modo
Entonces eres… la vastedad de un paisaje generoso
La soledad de un lugar inhóspito
La inmensidad del mar, la misma que me quebranta  y aterra
Todo lo profundo, aquello que no quisiera pensar,  todo aquello que no quisiera sentir, eres de quien quisiera huir aún prendida de tu cuerpo, ya sabes, maldecida y  esclava.
Quisiera gritarte, pregonar  tu nombre desde lejos, y que por un instante mi voz te alcance, hacerte girar, lograr  prestes oído a este cosquilleo travieso, que aceptes distraerte, sacarte la pena, enderezarte la espalda, sacudirte el sombrero y la solapa, arreglarte el cuello, anudarte la corbata.
Y tal vez la procesión conste en negar  la mitad de este apocalíptico panorama, de futuro aciago, de destino aprisionado .
Adoro tu risa, veneraría eternamente tu sonrisa, a pesar de no ser yo el accidente indecente que la roce un último día.
Mantengo: posees la tentación más genuina por la que moriría,
Placer sublime entregarme al puñal que enfundas si  bajas la guardia, si tan solo me miras.

Algún día lograré someter el cauce de un río, cincelaré con pluvial virtuosismo el surco en la piedra.


Y a lo anterior, agregar que se ha vuelto oficio desnudarme en cada ronda de palabras.

viernes, abril 10, 2015

De mañana




Se  me ocurren palabras,  pero solo  intento convencerme que la paciencia me alcanza.
Hay días pálidos, tenues e impávidos,  donde el quererte es el equivalente exacto a no decirte que me dueles,  y ese áspero silencio me encoje y aflige.
Hay  días en los que eres más que la brisa, eres risa, eres todo el viento. Te cuelas indómito como  sol que amanece. Sublime y tenaz, eres también la luz que me rodea y atardece.
Resistiéndome a la ansiedad que aun me causas, cada nuevo día, a menudo/ cada dos horas de esas impares, entrelazo los dedos, aprieto los labios, respiro hondo,  entonces tu idea me recorre  veloz y cautiva; me concentro, te juro intento conciliarme contigo,  liberarte es el modo que encuentro  de menguarte, me ensordeces  ‘eres ruido ’.
Cierro mi puerta, intento  una salida, y en búsqueda de ese alivio, abro una  ventana, confío alargará mi respiro, y comprendo que dicho escape es un especie de  aliento introspectivo.

Aprendiéndome en el tránsito, mi dolor es poder y transformo, con fuerza esquivaré la desdicha, comeré de tu honestidad repetida, decidida abriré el camino y me apropiaré de tus miedos.
Creeré cuando simulas, ignoraré que te escondes, me reiré de mi mala suerte, coquetearé con mi rebeldía, conversaré con tus medios días, sonrojaré a tu franca debilidad, convenceré mi incredulidad, me allegaré a tus buenos motivos, negaré tu voluntad que me busca y  persigue, ocultaré que mi corazón es  de tiza.Señor hay días  en los que me sobrecoge su necia dualidad, y en mezquino acto persuado a mi tibio abrazo,  lo llamo a que regrese, que  se aloje en mi profundo egoísmo.


Sé que usted en inexplicable respuesta, eximida de venganza,  llegará a casa  y antes de cruzar el portal, sacudirá sus  pies, y en ese  ademán  purgará con violencia las dudas que le sobrevuelan los  hombros.