domingo, marzo 16, 2014

SOY






Una, una de tantas, una otra, parecida... en cierta forma...

He dejado de pensar en lo necesario, lo demás, lo de menos.
Solo escribo y no reparo.
He sentido muchas veces vocecillas que me sugieren malas, malas en verdad malas y perversas ideas, hasta pervertidas ideas, nunca nunca suicidas ideas. 
No lloro como antes sobre una hoja de rosa para hacerlo melodramático intenso, ya no practico aquello, y de ti... si me gusta sufrir cuando te pienso y te extraño por elección/predilecta en años de perro, ya te había dicho.
Extraño profundamente tu abrazo     anatómico/ergonómico/terapeutico/kinésico/termal/primordial/auténtico/noinventado/fundamental/explosivo y sí tal vez mágico, no por ello menos real. 
Sigo divagando y no por tus pequeñas confesiones tengo entre mis manos y mi pecho más certezas... eso debes sospecharlo.

Eres la tercera persona de mi historia, con rol protagónico y todo.
No sé de eso del amor más que el de madre, pero vaya me paralizas y me paras los  pelos, me aguas la boca, y me obligas a vomitar estas palabras cada cierto tiempo.
Pienso que tal vez la vida nos juntó solo para hacernos coincidir por un rato y demostrarnos a patadas que  no somos compatibles.
En vez de tener en mi baúl fotos tuyas o cartas, solo tengo dentro de mi memoria instantes tan fugaces que parecen irreales, y a veces no me alcanza, aunque debes saber que mi nariz te recuerda y no olvidaría tu aroma.

Soy una champa de raíces que huele a tierra que está chascona y enredada física/mental/astral, toda confundida.