Eres el ayuno el pan y la migaja
Inequívoco adivinarte
Innato presentirte
Osadía muda
Honesta rebeldía
El zumbido en mis oídos
Soplido que eriza la piel
Temblor bajo mis pies
LUNA + SOL ECLIPSE
Sucede el minuto mil treinta y nueve del día trescientos
ochenta y uno; tomo un trozo de papel, ¿lo ves?, mi déficit atencional insiste en jugar malas pasadas es decir me
recuerda qué ‘no debo olvidar’; el premio siempre será verte sonreír,
y me entrego a ese placer… me
regalas tanta luz… ¡cada nuevo día!
No es que hoy resulte más o menos fácil, sin mentira adoro
tus defectos, he caminado con tus miedos, me contagias de realidad, aprendo: me
desprendo del frío… no te sufro más.
Todavía; mi voluntad se desvanece si pretendo negarme a tu
fuego.
Fascinante libertad el lujo de
quererte en dosis pequeñitas.
Me matas de apoco si a diferencia mía tus latidos no son por
mi causa, dicho esto sonara un poco a tortura y a error no pretendería arrepentirme.
Un día sin saber por qué,
se desfigurará tu rostro, así henchido/violentado, tan profundamente
arruinado, bajo el poder de pensarte que es besarte en la distancia.