No puedo tocarte, queriendo acariciarte
No cortaré mis venas, queriendo agrietarlas
No tragaré píldoras para dormir, queriendo intoxicarme.
No dejaré de respirar, para no perderme tus suspiros.
NO intentaré jamás odiarte pretendiendo el olvido.
Desearte a mi lado, en la imposibilidad de tenerte, se
vuelve terrible, siniestro como animal extinto y en cautiverio. Insufrible como
ataque de asma en la falta absoluta del aire.
Como esperar el sol y llueva
Como esperar la lluvia y el sol queme.
Confiaré en que un día liberarás los reos de mi pecho
uno a uno, que son varios, cientos, un motín espeluznante y agresivo, que me daña y destruye desde
adentro.
Encenderé velas blancas por si me alcanza el milagro de tu voz, que
reconforta mis sentidos, que aliviana el ayuno de tu cuerpo, que es como un
sacrificio elegido.
Me arrugas el corazón, luego lo estiras, haces con él
un avioncito de papel, lo manoseas, le das vuelo y me lo envías y se transforma en un maldito boomerang,
que va y viene, siempre viene y nadie me advierte.
****
Consciente te invento, me engaño, me quedo vacía,
siempre vacía y sufro cuando a menudo habito ese sitio, ese momento
exacto en el que te extraño tanto, tanto… te echo de menos como a
una ilusión, como cuando sin más te abandona la inocencia para siempre un
desgraciado día.
****
Escribir con violencia no será nunca hablar con fuerza
y a todo volumen pero es mi escape, me alienta, me libera.
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Egoísta exagerada cobarde, generosa de mi misma, a lo
largo y ancho cuando sin quererlo me siento ajena.
Empeñaré tu mapa del tesoro, mientras te busco y
ahorro para recuperar la prenda.
Voy a olvidar tu segundo nombre, vuelve, recuérdame con sangre y marca a hierro la
inicial del primero, incrústala a fuego, que yo en un concurso de deletreo sabré decir de corrido y revés
tu nombre completo.
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