viernes, octubre 13, 2006

No podría explicar, pues desde ya no lo entendería nadie…


Otra vez llegó esta lluviecita, dices no tiene que ver contigo, y cómo moja la condenada y tan delgadita y tan suave, y tan gotitas, y las ganas de abrir la boca, no te quepa duda... saco la lengua siento el rocío y las cosquillas. Entonces yo no creo… te dije lo de la piedrecilla y la honda, y tú ofreces un truco pirotécnico, que a mí no me resulta tan aromático, y sin embargo llegan y llegan nubes, yo no sé si las soplas, las envías, las olvidas o las encomiendas.

Miro, y no evito, cómo hacerle el quite; estando los troncos reunidos, el caudal que corre en verde (y te dije eso me recuerda a tu pecho), el tránsito de piedras, un par de puentes, los faroles muy de noche, y pasos que cuentan regresos.

Pero hoy... digo: no espío más por la ventana, aunque en mis ojos tú sonríes, no bordaré relámpagos, no tejeré más brisas, al hacerlo... bordeo en la conciencia de esta especie de consecuencia/fruto/ventura (para este siglo), a pesar de no ser tan destino, ni tan casualidad.

6 comentarios:

Jack Bronson dijo...

Que rica la lluvia... Santiago tiene un olor más dulce, menos tóxico... más humano y natural...

MentesSueltas dijo...

Hermosa la pasiòn de tus letras y las imagenes que provocas al leerte.
Dejo un cálido abrazo

MentesSueltas

Gonzalo Villar Bordones dijo...

ahora las flores crecerñan con mayor fuerza.

Evora dijo...

Bellísima lluvia, delicada, muy hermosa.


Un abrazo

Indianguman dijo...

"y sin embargo llegan y llegan nubes, yo no sé si las soplas, las envías, las olvidas o las encomiendas"....qué lindo, snif

besitoooooos

Darkyan dijo...

la danza de la nubes me envuelve cada vez que miro al cielo, me llenan de ternura y melancolia sobre todo cuando evoco miradas que ya no estan... besitos