martes, octubre 17, 2006

Mis palabras... tan silencio

Hoy me atrevo a hablar de ti, me quito las cuerdas, hoy me desnudo.

Doscientos mil pesos, y estarás mejor, unas horas, te recuperas, y el problema se esfuma, amor... ¡los conseguí!, - me mostrabas el rollo de billetes apretados con un elástico, acto tan ordinario como tu actitud -, el jueves te espera, a las tres, te puedes bañar antes si lo prefieres, así te relajas.
Avisa en casa de tu ausencia, tal vez demores más de lo que calcules o imagino. Estaba aterrada y me consolabas con cierta indolencia frente a mi real angustia.
Antes de que te contara mi estado de gravidez (grave problema para un tipo como tú), sentía aún que te amaba.
Llegué temprano al siniestro lugar, me senté a la entrada, en los peldaños de marmolita y esperé a que llegaras, se acercaba la hora convenida de la cita, no apareciste.
Había tomado ya la decisión, y tú ya habías pagado por el crimen-expiador.
Con las mismas ropas que tenía dentro de mi bolso, para pasar el fin de semana y convalecencia en casa de Alejandra (tu prima, mi supuesta amiga), me fui de la ciudad, sin una explicación a mis padres, sin la evidentemente 'sobrante' para ti.
El nueve de agosto mi humanidad no se pudrió, mi vientre no mecía a nadie entre dagas exterminadoras. La hipocresía me abandonó, yo te abandoné con más valentía, que tú aquel día en cual te enteraste del bastardo, no tuve hemorragias ni 'sobre-aborto', no ejecuté un pedazo de mi alma, me olvidé del nuevo parricida conocido en ti, en agosto mataste a tu huacho.
En marzo yo parí un hijo.
Soy madre,Vivo feliz.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Temenda vivencia, de las que le dicen a uno que debe hacer.
Besos, madre.

Querida Amiga:
He tenido una idea.
¿Me dirás que te parece?
Me ayudarías.
Gracias.

Indianguman dijo...

bien por esa mujer valiente. por suerte quedan en este mundo

besitos

Gonzalo Villar Bordones dijo...

Muy conmovedor C.

Muy brutal.

Eritia dijo...

Hoy te descubro y te abrazo, Elena:
por tu valentía de decir sí a la vida y por contarlo.
Abrazos, desde muy cerca.

santolaya dijo...

muy valiente , los hijos son maravillosos