martes, marzo 14, 2006

Sinceridad... no está mal


La voluntad, disminuida porque un suspiro largo me ahoga,
en esta cama...
La cabeza en remolino; girando en pensamientos alados, torno a tu presencia de cruel recuerdo.
Una, una y mil veces parezco despertar de esta trampa propia; masoquista.
Nada es cierto.
Me siento tan diferente, pero no me conforma el juego de buscarte nombres,
si para mí eres color definido;
azul enrojecido.
Esas cosas mías, es que de gustos no hay nada escrito,
para recetas de amor, menos.
Ah... tus versos cortitos cargados de deseos,
mensajitos ocultos entre migajas de una panera;
a las siete de la mañana cada domingo.
Son cosas de la vida, podría justificar,
pero soy franca, se trata de la mecánica rutina.
Apuesto que ignoras mi horario preferido para amarnos en cuerpo,
te cuento... por las mañanas no a la madrugada;
mientras en casas aledañas el aroma de carnes y caldos se mezcla con sabores dulces y salados de pieles ardiendo adobadas en lascivia.
Tus regalos;
los besos pegados que me dabas o que te he robado.
La saliva entre tus dedos
la sangre más allá de mi boca; la emoción conmovida ante el desenfreno tan real y cuerdo.
Tu barbilla cavando heridas hondas de besos violentos,
mi brassier suelto y mis encajes de lágrimas insondables.
Pero aún te amo;
leche y toronjil dice mi madre, para que me brote tu peste de cristal precioso incrustado al fondo.
Y todo es poco, ha sido poco o nada, es todo, sigo incontenible...
Disculpa, no es sumisión, ¿Cómo debería llamarte?, Tú, amor, fuego?, azul/cielo infierno?.
No me pareces, no eres nada nuevo, a nada huele tu ausencia, me amarga el corazón el veneno de este olvido.
Cuanto frío un día, cuanto calor y pasión logré sudar por ti.
Llegaste a mi costa, para beber el rosario de desamor gota a gota,
hoy has vuelto a dejarme seca en un adiós callado,
más lento que este siglo vacío.

5 comentarios:

Nestor dijo...

Me salgo para verte, de entre sabanas, de entrepiernas, de pronto sonries y los labios brillantes sonríen antes del siguiente mordisco, antes que nuestras lenguas se desencuentren con nuestras carnes

Roberto dijo...

eres maravillosa en tus expresiones
tan sinceras de amor...
un beso robert

Anónimo dijo...

veo los comentarios y lo único que me queda es dejarte un poema... pero como no estoy ni ahí con andar inventando poesía... espero en el alma que ese "satrapa" desparezca y te deje tranquila...

incluso me da miedo, dejarte este comentario... capaz que sufra un ataque terrorista de nznz o roberto.. p'ta ojala que no... te leere más seguido...

cuidate!

Rolando Escaró dijo...

describes muy bien las emociones, como alguien que sabe del amor y el desamor

. dijo...

...

Carla