URGENTE...

Conozco mis faltas, sobre todo éstas de género, como; la gracia, la suavidad, la pulcritud, el orden, la sabiduría, la entrega, la disposición, la buena mano, una voz afinada, las prácticas ideas, la madurez, el ojo para confiar en quien debiera..., la agilidad para tejer, bordar, arreglar un jardín o decorar pensando en los espacios..., saber peinar con elegancia a una niña..., caminar derecha, y guardar compostura... y tantas otras que confieso dejar en el camino, por ‘desmemoriada’, más que por tiempo...

Aunque puedo nombrar algunos de mis rasgos que disfruto... que con el paso he ido descubriendo... o que voy recordando y me permiten la fuerza para decir quien sí soy, aunque el detalle es ínfimo... están; la sensibilidad extrema, la risa a flor de labios, la inocencia ‘como a pedir de boca’, la espontaneidad, en el fondo la fe por la alegría... y estar abriendo posibilidades y espacio en el cerebro para discutir el tema de esa palabra que llega adentro que comienza con una A bien grande y continúa...

No es por antojo... es que las ramas son parte mía... así como este septiembre con sus calores locos, sus vahos fríos, sus pétalos de colores y sus repentinas lluvias con granizo de no sé dónde mierda llegan... (a excepción de unas nubes que se estrujan en puros besos...) y me permito maldecir... porque viene de un verbo generoso, expresivo con zapateo largo y con alegría de ojos arrugados...

Aconsejable es tronar los dedos buscando explicación por ejemplo a las rimas asonantes, a las flores y a la letra M siempre cuando rayo inconsciente...
El cariño de hoy es tartamudo con eco dulce...

Algo mío de ayer y de hoy...
ME GUSTAS
Llene una plana, complete por lo menos una hoja, lo mínimo es que sea tamaño oficio, si es por caligrafía utilice un cuerpo de cuadernillo, quedará más anticuado, pero a la vista en orden.
Y así...
Tratan de convencerte de que en realidad esperan más de ti. Nadie te conoce realmente, ignoran las personalidades que coexisten ahí dentro, pero bien, según ellos tú puedes más, ¿quién es la que puede más, la que piensa, la que habla, la que actúa, la que calla, la que escribe, la que sujeta esos dedos, la que se hiere, la que se tapa la boca o la que te hace morder la lengua?.

A mí me gusta esa que llora de rabia, para luego estructurar todo tan bien con ojos y rostro encendidos, la que está a punto de la afonía, pero no soporto a esa que se le quiebra la voz.

Me gusta la sensibilidad idiota, los ojos pequeños mansos, de la que mantiene diálogos que son monólogos y sonríe mirando una nube.
Me gusta pensar en su eventual secuestro, atribuible al acoso de un desequilibrado impertinente.

Me gusta observarla por la puerta del baño cuando inhala profundo y las puntas de sus costillas advierten mi sombra, pero lo que más adoro son esos hilos verdosos que lleva por venas entre la piel blanca de los senos (le corre entre ellas vida).

Van seis noches seguidas que la sueño, veo su cuerpo blando expectante, sus manos abriéndose poco a poco como en cien temblores, su boca fresca, anhelante evidenciando premeditados estertores, entonces miro hacia la ventana e identifico la mano firme en ángulo de setenta sosteniendo el puñal, la otra sujetando la piedra gris que golpea para abrirle el pecho con desesperación, empieza a cambiar el cuadro y ella se ha dormido, es ahí cuando cierta seguridad le obliga a llevarse el corazón en una mano, ahí lo revienta, salpica el verde... me limpio la cara...

Todo eso cuando el miedo se ha ido con sigilosas pisadas.