La luna me sorprendió esta noche; me enseñó su sombrero esquinado, no faltó el bigote felino pintando esa mirada tan tuya, fija, férvida de risa furtiva envuelta en el aire que entibias y perfumas cuando exhalas me vas embriagando, yo a ratos cierro los ojos, mientras mi piel incinerada danza, y se acerca, luego las palabras extrañas y arrastradas… y el lugar… pasa de nosotros, lo divino es el contacto, y cada escenario un vuelo hacia nuevo paraíso.
Caminabas en mi sueño de colinas y troncos que eran caballos con sus rostros o cuerpos, definidos, absolutamente perfilados, tierras rojas y dos sauces equilibrados.
Y me pedías que te escuchara, y yo quería lo mismo, te asaltaba ¿ves lo que yo veo?, y creo que sí, pero no alcanzaste a decírmelo, matándome en esas pausas tuyas un soplido a mi calma, tus brazos, tu cuello... ¿Dónde habitaban tus labios, antes de ser en mis besos…?
3 comentarios:
Los labios habitan donde siempre....
en la punta del placer,
en la entrada de la vida,
en el humedal del amor.
y en el viento...
R delirio
la luna, esa amiga de tu piel.
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