lunes, abril 25, 2011

ADIOS... GONZALO...



Tacto y error


Por mucho que la mano se me llene de ti para escribirte,

para acariciarte como cuando te quise
arrancar esos pechos que fueron mi obsesión en la terraza

donde no había nadie sino tú con tu cuerpo,

tú con tu corazón y tu hermosura,

y con tu sangre adentro que te salía blanca,

reseca,

por el polvo del deseo,oh,

por mucho que tú hayas sido mi perdición

hasta volverme lengua de tu boca,

ya todo es imposible.

Hubo una vez un hombre,

una vez hubo una mujer vestida con la U

de tu cuerpo que palpitaba adentro de todas mis palabras,

los vellos, los destellos;

de lo que hubo aquello no quedas sino tú sin labios y sin ojos,

para mí ya no quedas sino como la forma de una cama que vuela por el mundo.